La aparición de potentes herramientas de inteligencia artificial, como el ya famoso ChatGPT, ha puesto de relieve una vieja cuestión: ¿acabará la tecnología por dejar obsoleto el trabajo humano o, por el contrario, mejorará y aumentará las funciones existentes? Esta pregunta, ahora más pertinente que nunca, se sitúa en el centro de los debates sobre el futuro del trabajo y tiene profundas implicaciones para la planificación de la mano de obra, el desarrollo de competencias y la política social.
Aunque la idea de que los robots sustituyan a los humanos ha cautivado nuestra imaginación durante mucho tiempo, un análisis más profundo de la cuestión revela una perspectiva más matizada. Más que una elección binaria entre desplazamiento y aumento, es probable que el impacto de la IA sea un complejo tapiz de ambos, con efectos específicos que varían según los sectores, las ocupaciones y los trabajadores individuales.
Este artículo profundiza en las complejidades de la cuestión de la automatización, a partir de tres estudios exhaustivos: el documento de trabajo de la Organización Internacional del Trabajo (OIT) «Generative AI and Jobs», y el del McKinsey Global Institute «Skill Shift: Automation and the Future of the Workforce», del Instituto McKinsey, y “Future of Jobs Report 2023”, del Foro Económico Mundial. Mediante el análisis de estos informes, pretendemos desentrañar el potencial del desplazamiento de puestos de trabajo frente al aumento, destacando las tendencias clave y las incertidumbres que configurarán el futuro del mercado laboral.
La hipótesis del aumento: Complementar, no sustituir
El documento de trabajo de la OIT «Generative AI and Jobs» ofrece argumentos convincentes para que el aumento ocupe un lugar central, al menos en un futuro próximo. Este estudio aprovecha las capacidades avanzadas del modelo GPT-4 para evaluar la exposición potencial de las ocupaciones y tareas a la tecnología de IA generativa, centrándose específicamente en su capacidad de automatización. La principal conclusión, a pesar de emplear una metodología que estima el límite superior de la exposición potencial, es que es más probable que la IA automatice determinadas tareas dentro de las ocupaciones en lugar de sustituir por completo categorías laborales enteras.
Esta conclusión se refuerza visualmente en la Figura 9a del informe de la OIT, que presenta estimaciones globales de los empleos con alto potencial de automatización y aumento. La figura muestra que, a nivel mundial, se prevé que una parte considerablemente mayor del empleo (13,4%) experimente efectos de aumento en comparación con la proporción de empleos en riesgo de automatización (5,5%). Esto sugiere que para la mayoría de los trabajadores, la IA actuará como una poderosa herramienta, racionalizando y acelerando su trabajo, más que como un sustituto completo de la mano de obra humana.
El caso del trabajo administrativo: La primera línea de la automatización
Aunque el informe de la OIT pinta un panorama en gran medida optimista del impacto de la IA en los puestos de trabajo, también identifica grupos profesionales específicos que son más susceptibles a la automatización. El trabajo administrativo aparece como la categoría con la mayor proporción de tareas expuestas a las capacidades de automatización de la IA. El gráfico 2 del informe de la OIT pone de relieve esta vulnerabilidad, demostrando que el 82% de las tareas dentro de los trabajos administrativos tienen al menos un nivel medio de exposición a la tecnología de GPT.
Esta susceptibilidad se deriva de la naturaleza de las tareas de las profesiones administrativas. Estas funciones suelen implicar actividades rutinarias y repetitivas, como la introducción de datos, el procesamiento de información y la gestión de registros, tareas que pueden automatizarse fácilmente utilizando las capacidades avanzadas de la IA en el procesamiento del lenguaje natural y el análisis de datos.
El gráfico 5 del informe de la OIT ilustra mejor este punto al enumerar las ocupaciones específicas con mayor potencial de automatización. Como era de esperar, muchas de estas funciones, como mecanógrafos, empleados de entrada de datos y empleados de contabilidad y teneduría de libros, entran de lleno en la categoría de trabajo administrativo.
El poder de la desagregación y la reagrupación: El futuro del trabajo
El informe de McKinsey «Skill Shift: Automation and the Future of the Workforce» profundiza en los mecanismos por los que la IA remodelará la naturaleza del trabajo. El informe hace hincapié en el concepto de desagregación y reagrupación de tareas como motor fundamental del aumento de puestos de trabajo. A medida que los sistemas de IA se hacen cargo de actividades rutinarias y repetitivas, las empresas tienen la oportunidad de reevaluar cómo se organiza y distribuye el trabajo entre los empleados. Esto puede implicar la desagregación de tareas dentro de un puesto de trabajo y su posterior reagrupación en nuevas configuraciones, lo que puede suponer el cambio de responsabilidades entre trabajadores con distintos niveles de cualificación.
Este enfoque, aunque aparentemente complejo, ofrece importantes ventajas tanto para las empresas como para los trabajadores. Las empresas pueden aprovechar la IA para automatizar tareas repetitivas o que consumen mucho tiempo, liberando a sus empleados más cualificados para que se centren en actividades de mayor valor que requieren creatividad, resolución de problemas e interacción humana. Los trabajadores, por su parte, pueden asumir funciones más complejas y atractivas, lo que puede dar lugar a una mayor satisfacción laboral y mejores oportunidades profesionales.
El gráfico 21 del informe McKinsey ilustra tres posibles escenarios sobre cómo las empresas podrían abordar la creación de su futura plantilla en la era de la automatización. El escenario «colaborador humano-máquina», especialmente relevante para sectores como la sanidad y la fabricación avanzada, destaca el uso de la automatización para complementar la mano de obra y elevar la calidad de los productos y servicios.
En este escenario, la atención se centra en reciclar a los empleados para que trabajen junto a la IA, rediseñar los procesos para optimizar la colaboración entre humanos y máquinas y contratar estratégicamente a nuevos talentos para cubrir las carencias de competencias relacionadas con el desarrollo y la implantación de la tecnología. Aunque es posible que se produzca algún desplazamiento de puestos de trabajo, el énfasis general se pone en aprovechar la IA para mejorar las capacidades de la mano de obra existente.
Navegar por la transición: Un llamamiento a la adaptación proactiva
Aunque los informes de la OIT y McKinsey sugieren que el aumento será el impacto predominante de la IA a corto plazo, es esencial reconocer las incertidumbres inherentes que rodean a esta tecnología en rápida evolución. Los efectos a largo plazo de la IA en el mercado laboral siguen siendo difíciles de predecir, y su evolución dependerá de factores como el ritmo de los avances tecnológicos, la aparición de nuevas aplicaciones y la capacidad de respuesta de las empresas, los trabajadores y los responsables políticos.
El «Informe sobre el futuro del empleo 2023» del Foro Económico Mundial subraya esta necesidad de seguimiento y adaptación continuos. El informe reconoce el potencial disruptivo de la IA y subraya la necesidad de realizar esfuerzos proactivos para abordar los cambios de competencias, gestionar las transiciones de la mano de obra y garantizar que los beneficios de la IA se compartan ampliamente. En el resumen ejecutivo, el informe afirma: «Es fundamental desarrollar previsiones de perspicacia, identificar el talento adecuado para promover el crecimiento y tomar decisiones informadas sobre la gestión de las importantes alteraciones en los puestos de trabajo y las competencias, tanto para los empresarios como para los trabajadores». Esta afirmación subraya la necesidad de una evaluación y un ajuste continuos en respuesta al impacto de la IA en el mercado laboral.
Una conclusión clave de estos estudios es que el futuro del mercado laboral no está predeterminado. Las decisiones que tomemos hoy -en términos de inversión, política y acción individual- determinarán la trayectoria del impacto de la IA en el trabajo. Si damos prioridad al desarrollo de competencias, adoptamos el aprendizaje permanente y fomentamos estructuras organizativas ágiles, podremos aprovechar el poder de la IA para crear un futuro laboral más próspero e integrador.
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