El rápido avance de la inteligencia artificial (IA) no sólo está reconfigurando el mercado laboral, sino que también está modificando radicalmente las competencias necesarias para tener éxito en el lugar de trabajo. A medida que los sistemas de IA se vuelven más sofisticados y omnipresentes, los sistemas de educación y formación deben adaptarse para dotar a los trabajadores de los conocimientos y habilidades necesarios para prosperar en este panorama en evolución. Esto significa ir más allá de los modelos tradicionales de educación para adoptar el aprendizaje permanente, dar prioridad al desarrollo de habilidades tanto técnicas como interpersonales y fomentar una cultura de adaptabilidad y mejora continua de las competencias.
Este artículo explora el papel fundamental de la educación y la formación en la preparación de los trabajadores para el futuro mercado laboral, basándose en el documento de trabajo de la OIT «Generative AI and Jobs», el informe del McKinsey Global Institute «Skill Shift: Automation and the Future of the Workforce», del Instituto McKinsey, y el “Informe sobre el futuro del empleo 2023”, del Foro Económico Mundial. Analizando estos informes y teniendo en cuenta el contexto más amplio de la reforma educativa y las estrategias de desarrollo de la mano de obra, pretendemos destacar los principales retos y oportunidades a los que se enfrentan los sistemas educativos en la era de la IA.
El cambiante panorama de las competencias: Un llamamiento a la reforma educativa
Las competencias necesarias para tener éxito en el lugar de trabajo están evolucionando rápidamente, impulsadas por la creciente adopción de la IA y otras tecnologías emergentes. A medida que los sistemas de IA se hacen cargo de tareas rutinarias y repetitivas, crece la demanda de competencias exclusivamente humanas, aquellas que las máquinas tienen dificultades para reproducir. Esto incluye no solo habilidades tecnológicas avanzadas, sino también una serie de habilidades sociales y emocionales, como la comunicación, la colaboración, el pensamiento crítico, la resolución de problemas y la adaptabilidad.
El informe de McKinsey «Skill Shift: Automation and the Future of the Workforce» cuantifica esta tendencia, proyectando un aumento significativo de la demanda de competencias tanto tecnológicas como sociales y emocionales para 2030. El informe destaca la necesidad de que los sistemas educativos adapten sus planes de estudio para reflejar estas demandas cambiantes, incorporando cursos de IA, ciencia de datos y otras tecnologías emergentes, al tiempo que priorizan el desarrollo de habilidades blandas esenciales.
El informe de la OIT «Generative AI and Jobs» se hace eco de esta conclusión y subraya la importancia de dotar a los trabajadores de una amplia gama de competencias para hacer frente a las posibles repercusiones de la IA en el mercado de trabajo. El informe destaca la necesidad de que los sistemas educativos fomenten la adaptabilidad y el aprendizaje continuo, preparando a los trabajadores para un futuro en el que las necesidades de competencias evolucionarán constantemente.
Superar el déficit de cualificaciones: un enfoque múltiple
Abordar el déficit de cualificaciones requiere un enfoque múltiple que abarque la educación, la formación y las iniciativas de desarrollo de la mano de obra. Esto implica un cambio de mentalidad que pase de considerar la educación como un acontecimiento puntual a adoptar el aprendizaje permanente como un proceso continuo.
Reimaginar los sistemas educativos:
Las instituciones educativas deben adaptarse a las demandas cambiantes del mercado laboral, superando los modelos tradicionales de educación para adoptar enfoques más flexibles y receptivos. Esto incluye:
Integrar la IA y las tecnologías emergentes en los planes de estudio: Incorporar cursos de IA, ciencia de datos, programación y otros campos relevantes en todos los niveles educativos, desde la escuela primaria hasta la educación superior.
Priorizar el desarrollo de habilidades blandas: Haciendo hincapié en el desarrollo del pensamiento crítico, la resolución de problemas, la comunicación, la colaboración y otras habilidades sociales y emocionales esenciales.
Adoptar el aprendizaje experimental: Ofrecer a los estudiantes oportunidades de aprendizaje práctico, prácticas, aprendizaje y otras experiencias del mundo real que conecten el aprendizaje en el aula con la realidad del lugar de trabajo.
Fomentar una cultura de aprendizaje permanente: Animar a los estudiantes a ver la educación como un proceso continuo, dotándoles de las habilidades y la mentalidad necesarias para adaptarse a los requisitos cambiantes del trabajo a lo largo de sus carreras.
Invertir en formación y reciclaje:
Las empresas tienen un papel crucial que desempeñar en la mejora y reciclaje de las cualificaciones de sus empleados, ofreciéndoles oportunidades para aprender nuevas tecnologías y desarrollar las capacidades de adaptación necesarias para prosperar en un entorno laboral en rápida evolución. Las empresas pueden aprovechar diversos enfoques, entre ellos:
Formación en el puesto de trabajo: Proporcionar a los empleados experiencia práctica y tutoría para aprender nuevas habilidades y tecnologías dentro de sus funciones actuales.
Programas de tutoría: Poner en contacto a empleados con experiencia con trabajadores más recientes para facilitar la transferencia de conocimientos y el desarrollo de habilidades.
Asociaciones con instituciones educativas: Colaboración con universidades, institutos y escuelas de formación profesional para desarrollar programas de formación personalizados que satisfagan las necesidades específicas de la industria.
Plataformas de aprendizaje en línea: Utilizando cursos en línea, seminarios web y otros recursos digitales para proporcionar a los empleados oportunidades de aprendizaje flexibles y accesibles.
El papel del Gobierno: Facilitar y apoyar el desarrollo de la mano de obra
Los gobiernos pueden desempeñar un papel fundamental a la hora de facilitar y apoyar las iniciativas de desarrollo de la mano de obra, por ejemplo
Invertir en programas de educación y formación: Proporcionar financiación para programas de educación y formación centrados en la IA, las tecnologías emergentes y las competencias sociales esenciales.
Incentivar a las empresas para que mejoren las cualificaciones de sus trabajadores: Ofrecer exenciones fiscales, subvenciones u otros incentivos para animar a las empresas a invertir en la formación y el desarrollo de sus empleados.
Reforzar las redes de seguridad social: Ofrecer seguros de desempleo, prestaciones de reciclaje y otras medidas de protección social para apoyar a los trabajadores en transición y animarles a buscar oportunidades de mejora de las cualificaciones.
Fomentar la colaboración entre empresas e instituciones educativas: Crear plataformas de diálogo y colaboración entre empresas e instituciones educativas para garantizar que los programas de formación se ajustan a las necesidades del mercado laboral.
El futuro de la educación: Una llamada a la acción
El rápido avance de la IA está creando tanto retos como oportunidades para los sistemas de educación y formación. Si adoptamos un enfoque con visión de futuro, damos prioridad al desarrollo de competencias esenciales y fomentamos una cultura de aprendizaje permanente, podremos dotar a los trabajadores de los conocimientos y habilidades necesarios para prosperar en la economía impulsada por la IA. Esto requiere un esfuerzo concertado de todas las partes interesadas, incluidos los individuos, las empresas, las instituciones educativas y los gobiernos, para garantizar que los sistemas educativos respondan a las demandas cambiantes del mercado laboral y que los trabajadores estén preparados para el futuro del trabajo.
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